¿Que sería de nuestros valores si no supiéramos trasmitirlos de forma coherente y clara a nuestros clientes? ¿Cómo podemos presentar una imagen acorde a éstos?
Cada mañana en las paredes de cualquier organización vuelven a retumbar los valores que diariamente deben construirse y como ser la identidad corporativa de las organizaciones modernas.
La innovación, la eficacia y el profesionalismo de los integrantes de una compañía es un ADN que debe crearse, pulirse y ser capaces de trasmitirlo por todo el circuito arterial de nuestra organización para conseguir la tan ansiada alineación de valores que toda organización quiere ofrecer y mostrar a sus clientes.
¿Pero es siempre así? ¿dentro tenemos una cara y fuera otra?
Este es el Quid de la Cuestión, el compromiso como paradigma de negociación comercial es directamente proporcional a la capacidad de búsqueda de excusas en cuanto algún punto de la cadena de valor de la empresa falla o desacelera su proceso.
No vale comprometerse para no cumplir, desde la cima la Misión nos alumbra, la Visión nos ilumina y los Valores están dentro del uniforme, pero a la hora de la verdad es realmente importante medir cual será nuestra estrategia para poder cumplirla con éxito y no defraudar a ese cliente que tanto esfuerzo y dedicación ha costado que interiorice nuestro servicio o producto y ahora no debe quedarse en un símil de nuestro argumentos.
Tenemos que proporcionar soluciones que faciliten la operativa de nuestras compañías y sus departamentos para que con ayuda del conocimiento y la tecnología nuestro guión sea innegociable y ampliamente apetecible por los consumidores.
Entramos en el juego del cliente interno Vs el cliente Externo.
Los departamento o personas que desarrollan la comunicación en la compañía no siempre cuentan con el conocimiento o en su caso lo recursos necesarios para poder llevar a cabo su labor de información a cada "hogar" en nuestra organización.
Si partimos de ahí, ¿Como vamos a poder contar con todos para realizar el cierre comercial con éxito?...
Pues bien, no nos queda otra que remangarnos y conseguir que las políticas de personal, planes de acogida y comunicación de la estrategia de la compañía pase a ser una nueva herramienta de mercadotécnia dentro de la organización denominándola RRHH MK o Marketing de Recursos Humanos.
Desde la tendencia del employer branding cuidando el talento interno y atrayendo a su vez el externo, hasta las políticas de formación, retribución, evaluación y reconocimiento, que deben segmentarse y aplicarse de forma coherente con la estrategia empresarial. Sobre todo estar continuamente midiendo los resultados obtenidos para poder aplicar los reconocimientos mejor a cada persona o grupo de ellas.
Cada individuo o departamento debe ser una campaña, donde la comunicación, la ejecución y el resultado deben satisfacer las necesidades iniciales el cliente interno.
Dentro de las Organizaciones hay Personas y como tales, debe existir una cooperación de forma recíproca para conseguir alcanzar el objetivo común.
Una vez conseguido el éxito dentro, debemos saberlo aplicar hacia afuera como un perfume embriagador que penetre en la perspectiva comercial que tienen nuestro nuevo cliente con nosotros.
Sabida la teoría podemos pasar a practica, con buena comunicación interna, sabremos como afrontar los retos en el exterior y sobre todo medir cuales serán nuestro argumento y compromisos para que la expectativa creada en nuestro cliente este por lo menos alineada con la realidad de nuestro servicio o producto comercializado y entregado.
El motor individual como herramienta generadora de éxito
No debemos olvidar, ni abandonar con el paso del tiempo el combustible que ayuda a continuar la carrera empresarial, el tan cargado de octanaje al 98% denominado EXITO.
Como partimos de la premisa que la acción empresarial estará desarrollada por varios actores a lo largo de los diferentes procesos que cubren nuestro trabajo, producto o servicio, la suma de esfuerzos de un gran equipo, es de vital importancia para que la táctica este equilibrada y alineada
Las habilidades, la eficacia en la labor, la práctica y la insistencia, serán las claves de nuestro engranaje locomotor que denominamos vulgarmente motivación (a mi me gusta más automotivación). Esta será la máquina de cientos de CV que mueva cada día la mente y el cuerpo para conseguir logros, metas y objetivos que traerán posición, talento y como no reconocimiento.
No busquemos primero el resultado, dejemos que cada etapa se complete en orden, para que el equipo trabaje organizado y bien gestionado para que sus indicadores de productividad y crecimiento ayuden a desarrollar la mejor imagen de la marca, personal y empresarial.
Una buena selección de colaboradores influirá de manera positiva en el rendimiento del equipo y ayudará a trasmitir de forma eficaz a los clientes la verdadera identidad y capacidades de nuestra compañía.
En definitiva, alinear conceptos o estrategias debe de ser general y a su vez equilibrado para que la imagen de nuestra empresa refleje los valores que nos garantizan la confianza de nuestros clientes.
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